Sabias palabras

Abalorium ha escrito este articulo no creo que necesite mas explicacion: estoy totalmente de acuerdo.

“…se aprende copiando, así la imitación debe ser considerada un elogio” Confucio (551-479 a.c)

Un diseño es, simplemente, la apariencia de un producto útil. Aunque la definición sea sencilla, para serlo debe cumplir algunos requisitos. Uno de ellos es la novedad, es decir, que anteriormente no se haya hecho accesible al público un diseño idéntico. Y se considera idéntico si sólo difiere en detalles irrelevantes. El problema en la moda artesana es ¿cómo distinguir aquellas creaciones que suponen una verdadera innovación estética de las que se limitan a seguir las tendencias del momento? Por ejemplo: las bolas forradas o los brazaletes en peyote ¿son innovación o tendencia? Otro requisito es su carácter singular, esto requiere que la impresión que genera en un observador difiera de la impresión general que provoca otro diseño. Yo creo que aquí está la clave del asunto ¿Podemos distinguir el diseño abalórico de una artista sin tener previamente referencias del autor de la pieza? Creo que la respuesta a esta pregunta es afirmativa, aunque la verdad sea dicha, son pocas, muy pocas, las que consiguen “crear” o lo que es lo mismo, hacer diseños originales, claramente distinguibles y manifiestamente diferentes a otros. Y tiene muchísimo mérito, si tenemos en cuenta el grado tan limitado de libertad del que se dispone: el diseño de un anillo viene limitado por la forma del dedo, el de un brazalete por el perímetro de la muñeca y el de unos pendientes por la cantidad de peso que pueda soportar el lóbulo de una oreja humana ;-) Así que la mayoría, “recreamos”, nos inspiramos y, algunas veces, sencillamente imitamos. Yo he de imitar porque tengo que aprender.

“El camino de la verdad es ancho y fácil de hallar. El único inconveniente estriba en que los hombres no lo buscan”

Confucio (551-479 a.c.)

En principio, todos estamos de acuerdo en lo complicado que resulta baremar la originalidad, asignar tablas de medida a la creatividad o mensurar la influencia de la musa Abalorio. Pero ¡cuidado! esta dificultad no es un todo vale y la obra siempre, siempre, es de quien la hace. Podría pensarse que se puede imitar libremente. Pues no, no se puede imitar bajo cualquier circunstancia. Se vulneran los derechos de un autor cuando se atribuye a uno mismo la autoría (usurpación), si la imitación implica un aprovechamiento de la reputación ajena (pasar un diseño como propio) o conlleva un beneficio a costa del esfuerzo de otra persona (apropiarse de un esquema ajeno, por ejemplo). También si la imitación va encaminada a obstaculizar o impedir la afirmación de otro artista y su negocio (en el caso de que alguien venda diseños idénticos a los que crea y vende otra persona, perjudicando así de manera directa su mercado).

En más de una ocasión le he dado vueltas a este asunto. Voy a poner el ejemplo más habitual: elaboramos un diseño que hemos visto en Internet, lo hacemos a ojo -utilizando nuestro mayor o menor grado de destrezas y conocimientos- o siguiendo un esquema, lo fotografiamos, lo subimos a nuestro espacio Web, mencionamos al autor, lo ensalzamos, porque nos gusta y lo admiramos y, finalmente, lo enlazamos mediante un link promocionando las visitas a su espacio ¿se vulnera en este caso algún derecho? Para mi que no, pero no soy una especialista en leyes... ¡ni en abalorios! Creo que casi siempre la verdad es lo más sencillo… y lo más elegante. Y en este mundo yo tengo amigas verdaderamente elegantes.

¡Va por Ustedes!